Hoy
en día hay quienes llegan a sostener la libertad del pueblo Mexicano. Y es que,
tal parece que el desarrollo de la humanidad avanza y prevalece en constante
crecimiento, al grado que alienta a aquellos que vociferan el avance
tecnológico como prueba de seguir en el buen camino racional, y así mediante
las tecno-herramientas colocar a la cultura en la post-modernidad.
En esta supuesta ‘post-modernidad’,
el sistema capitalista es concebido como un ente amable con la humanidad ya que
promueve una posibilidad para la educación con el acceso a la información en
diversos planos –internet, compra de libros, asistencia a escuelas privadas
etcétera, posibilidades que no son parciales- montando un “teatro” en donde se
pone en escena la gente disfrutando de la cultura y la razón. Así con algunas
obras de “caridad” los amantes del capitalismo sostienen una cultura libre.
“Los reaccionarios sociólogos de la
burguesía (…) en su opinión la conducta de los actos humanos no admite
Determinación o dependencia alguna.”[1]
Si se aceptase lo anterior, se nos vendería un cuento en donde el sistema o la
cultura degradante que imponen, no interviene ni afecta a los individuos y las
tácticas de control y dominación seguirían vigentes. Por ello creo que lo anterior requiere de una minuciosa
revisión, la cual desembocaré de manera breve en éste análisis de las
condiciones socio-culturales en México, preguntándome la veracidad de la
supuesta “libertad cultural” que gozamos.
Siendo el
objetivo principal las inquietudes anteriores, pretenderé ofrecer una crítica
para aquellos, que predican y sostienen un desarrollo cultural e independiente
de la cultura en México. En el cercano presente, el capitalismo voraz, rebaza
fronteras sin consideración alguna, convirtiéndose en “imperialismo”, entonces,
es coherente preguntarnos: ¿Cómo se facilita su expiación y dominio?, y es que
en el caso de México la sociedad parece asumir una actitud “cómoda”, ante los
palpables problemas como la destrucción de ecosistemas y “la eliminación del
hombre por el hombre”, por mencionar sólo unas cuantas características,
consecuencias del sistema. Parece ser que la población Mexicana, se mantiene
dócil, débil y sumisa, ante la austeridad y el fuerte ataque imperante del
sistema, pues la ‘libertad e independencia de México’ pueden ser temas cuestionables
e incluso como proceso histórico tergiversado, malinterpretado y enseñado de
manera superficial si se revisa con detenimiento. No se observa, sin embargo,
una reacción de compromiso social realmente de contra peso.
Podría señalar, en mi
opinión, algunos factores externos que afectan de manera directa a México,
tales como la cercanía geográfica con el principal promotor del sistema
imperial EUA y su dependencia económica respecto al mismo país. La dominación
que EUA ejerce sobre México es tal, que termina determinándolo en gran medida
en los aspectos: social, económico, político y cultural. Aunque el modelo que
impone una potencia de primer mundo como la yanqui,
pueda ser indiscutiblemente incoherente, es decir, no tiene ningún sentido el
tratar de imitarlo siquiera en nuestro país, las clases dominantes enajenan e
imponen una persistente ilusión, “La
cultura más poderosa impone su sistema de valores presentándolo como el más
racional”[2]
¿Entonces
imitar al norteño imperial, quiere decir que México lo concibe como lo más
racional?, México imita pues, un modelo
de primer mundo que apoya el “desarrollo” y el “progreso”. Y si no existe la
necesidad de inconformarse México estaría provisto pues de una conciencia y
cultura libres aptas para su desarrollo.
Sin embargo,
debo señalar que, la propuesta que se imita en nuestro país es de corte
neoliberal y con ese patrón de conciencia o cultura Determinado, los Mexicanos, no se pueden realizar como humanos
libres a través de su propia cultura, pues apoyándome en Marx considero que: “No es la conciencia de los hombres la que
Determina su ser, si no, por el contrario es su existencia social lo que
Determina su conciencia.”[3]
Es decir, si el entorno social es víctima de la determinación neoliberal en
donde se mantiene a la masa enajenada y conforme, esto afectara directamente a
un desarrollo autónomo de la conciencia cultural -conciencia de clase-, considerando
además el terror de la violencia emitida y las estrategias de dominación como
la “tecnocracia” o el abuso de los mass
media[4]
para manipular la información ha colocado al mexicano en un colchón de confort
en donde nadie se preocupa por arriesgarse a la reflexión, a la duda y mucho
menos a rebelarse, el embelesamiento, a mi parecer, es tan grande que puede ser
palpable incluso en estudiantes de disciplinas humanísticas, en donde se supone
existe no sólo una formación para la capacidad de crítica sino también la
inquietud de búsqueda y práctica de soluciones para el ambiente que nos rodea.
La determinación económico política
y cultural puede ser uno de los principales factores de la docilidad y
tendencia a manipulación de la cual es víctima México, ¿Por qué en un supuesto
estado laico, exista una gran influencia de la religión, que si bien presenta
rasgos de moralidad, muchas veces es confundida con ética o autoridad?, La
discusión en temas como la iniciativa legalización del aborto y las drogas en
nuestro país, se encuentra truncada por la fuerte influencia religiosa no sólo
de tipo moral sino como institución impregnada de un estatus político definido. Aquí el determinismo cultural histórico se
encuentra en las tácticas de superstición que emanan de la religión juegan un
importante papel en el ámbito de dominación y enajenación, dirigidas por las
clases dominantes; exhibiendo a un México débil, víctima o hasta cómplice.
Como parte final daré pie a una
posible conclusión provisional, a manera de enriquecer la crítica y estimular
el interés por seguir ahondando en el tema y nunca como axioma o verdad. Con
base a las situaciones puestas en cuestión y reflexionando en posibles
respuestas, así como la experiencia real del entorno social, me atrevo a dudar que
en México exista una cultura libre y autónoma, por el contrario quizás somos no
sólo víctimas sino también cómplices de una cultura determinada la cual permite
la dominación capitalista, enajenando y haciendo parte al explotado
ccoparticipe, imponiéndole supuestos patrones culturales como el consumismo,
apatía, conformismo y sumisión hacia el sistema.
*David Alberto Valerio Miranda
Estudiante de la licenciatura en
Filosofía
Unidad Académica de Filosofía, UAZ.
Existe un cierto determinismo cultural en todas las naciones del mundo, es parte de lo que los cohesiona como sociedad, salvo las pocas tribus y grupos aborígenes completamente aisladas.
ResponderEliminarSería muy ingenuo creer que existen poblaciones con una identidad formada de manera propia sin que los haya contaminado "el sistema" al que tu te refieres, ni siquiera una Cuba o la República Popular China, que dicho sea de paso, gozan de una economía totalmente mixta y ha sido factor principal para que llegaran a ser parte del BRIC.
Por otro lado, tomando en cuenta que estamos en el siglo XXI, más que llamarlo tecnocracia es simplemente producto de la globalización y qué mejor que hoy en día todos podamos tener acceso a lo que pasa en ese mismo momento al otro lado del mundo, así que a menos que se quiera seguir con la ignorancia de siglos atrás, debe dejar de verse como el gran enemigo y perder el miedo al cambio.
Qué curioso que lo que para unos es 'progreso' para otros es 'enajenación' y 'control de masas'.. puntos de vista como siempre..
Muy interesante el artículo aunque me hubiera gustado que se basara en distintos autores, incluso trabajos de campo antropológicos y no sólo de una misma corriente.
Gracias por tus observaciónes, es agradable que participes en la lectura y discución del artículo, estoy de acuerdo en: Que es dificil en contrar un país no vinculado al sistema, ni siquiera cuba o china, considero optimo comenzar la reflexión partiendo desde México, sin que esto inplique cerrarse al mundo, en cuanto a la tecnocracia mi pretención es reflexionar cuando la tecnologia es perjudicial al mismo hombre (fabricación de armas para la destrucción masiva, enajenación por los medios masivos de comunicación etc) coincido en que se tiene que avanzar respecto a la ignoracia o prejucios de siglos anteriores, por lo que la tecnologia no es el enemigo, sino un uso indebido y monopolizado, finalmente agradesco y tomo en cuenta tu sugerencia de trabajar este tema desde otros campos, corrientes y autores. Gracias!!..
EliminarGracias por el comentario.
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