viernes, 27 de febrero de 2015

ALUSIONES EN EL QUIJOTE: LUCIFER

Por: David Alberto Valerio Miranda

El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha, es una obra clásica con un gran acervo de información pues, en ésta se mencionan novelas, cuentos, sucesos y personajes históricos, mitológicos y fantásticos. Un ejemplo son las constantes alusiones que, el Caballero de la Triste Figura hace durante las aventuras.
Estas alusiones se desarrollan en el texto como puentes hacia otros temas, algunos superficialmente otros, en cambio, más profundizados. En suma se podría decir que, la manera en cómo se hace alusión a otros tópicos o a historias que se proyectan dentro de la historia del Quijote son una constante en toda la obra, contenido que, por tanto, es muy importante para la misma.
Tal es el caso del personaje Lucifer, el cual se hace alusión en el capitulo XXII de la segunda parte, señalo este ejemplo en particular porque ha llamado mi atención el sentido que se dota, así como la manera en que se le identifica, a tan conocida idea.
La situación procede de la siguiente manera: Después de ser bien atendidos en una boda que envuelve la aventura anterior, Don Quijote y Sancho toman camino al tercer día del festejo, acompañados de un guía, el cual se le menciona simplemente como el primo, pues antes de partir de la boda Don Quijote expresó su deseo de ir a la cueva de Montesinos y “ver por vista suya” las maravillas que de ahí se cuentan, palabras que bastaron para que un Licenciado que los acompañaba, persuadiera a su primo para guiarlo hasta la cueva.  
Puestos ya en marcha, Don Quijote pregunta al primo a qué se dedica, respondiendo éste que es un humanista y menciona algunos de los libros que ha trabajado entere ellos La metamorfosis de Ovidio, el primo presume de su cultura y buena escritura.
Posteriormente, Sancho Panza interviene y dudoso de que el primo tuviera tal sabiduría le hace preguntas como: ¿Quién fue el primer hombre en rascarse la cabeza? y, ¿quién fue el primer volteador del mundo?
El primo responde que no sabe pero que lo estudiará y la próxima vez que se encuentren le informará. A lo que Sancho responde que él tiene la respuesta diciendo:
He caído en la cuenta de lo que le he preguntado. Sepa que el primer volteador del mundo fue Lucifer, cuando le echaron o arrojaron del cielo, que vino volteando hasta los abismos.
¿Qué sentido tiene aquí el adjetivo volteador? En un principio cuando sancho pregunta puede entenderse como un disidente, y por tanto, un carácter malo acuñado a las rebeliones. Sin embargo, al final cuando se contesta y dice que vino volteando los abismos parece referirse a lo físico y cómico del asunto.
¿A qué se refiere entonces? En fin es sólo un ejemplo más de la riqueza cultural y juegos del lenguaje que, el Quijote ofrece.


Twitter: @ValerioMirand


Artículo publicado en el suplemento cultural La Gualdra No. 186 
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_186

UN ACERCAMIENTO AL PENSAMIENTO DE HERÁCLITO DE ÉFESO

Por David Alberto Valerio Miranda

Heráclito de Éfeso, filósofo griego que vivió entre el siglo VI y comienzos del V a.c. Se dice que desde su tiempo se le identificó como un pensador difícil de entender, razón por la cual recibió diversos apodos durante su vida, tales como: “El oscuro”, “El enigmático”, “El adivinador” etc. Sin embargo, considero que vale la pena echar una mirada hacia la historia de la ideas y tratar de acercarse al pensamiento de grandes personajes que han contribuido con su aportación a al desarrollo humano, como “El enigmático filósofo” pre- Socrático, que también adquiere este calificativo por desarrollar su actividad antes de la tradición que se conoce como filosofía clásica griega, que comienza con Sócrates (Sócrates-Platón-Aristóteles). 
Heráclito es un pensador que si bien sus ideas pueden ser excéntricas y dotadas de una gran profundidad, merecen un espacio para el diálogo hoy en día, y así seguir contribuyendo al ensanchamiento de nuestro conocimiento y cultura general, he aquí sólo algunas de sus más conocidas y principales propuestas, o más bien, lo que ha podido llegar hasta nuestros días, pues hay que decir que, debido a la antigüedad de dicho sabio solo se conservaron algunos fragmentos  de escritos, frases sueltas y aforismos, que gracias a estudiosos de la filosofía como Diógenes Laercio, hoy aún podemos conocerlos.
Su manera de expresarse según el mismo dijo, es como el oráculo de Delfos, es decir,  ni dice del todo, ni oculta su sentido, sino que lo manifiesta por un indicio, los griegos decían que Heráclito hablaba mediante enigmas, pues su carácter le hacía deleitarse con los juegos del lenguaje denso, aparatoso, paradójico y metafórico.
 Por ejemplo,  propuso que la polimatía (que es, el saber muchas cosas) no instruye al entendimiento, pues esa sabiduría se adquiere mediante los sentidos, pero “los ojos y oídos son malos testigos si el alma carece de entendimiento, además los sentidos muestran un mundo diferente a cada hombre, es mejor mirar dentro de ti mismo, es decir, dentro de tu propia mente y así descubrir el logos que es la verdad y es común a todas las cosas.  
La ley oculta de la naturaleza, que pretendió haber descubierto, es que todas las cosas viven en pugna lo cual es esencial para la vida y por tanto, es bueno, pues decía que “la guerra es la madre de todo y la lucha es justicia”.
Si hasta entonces los filósofos habían buscado la permanencia y la estabilidad, Heráclito les decía que “no hay nada, ni nadie puede desear un mundo estancado” todo vive por la destrucción de las cosas, el fuego vive por la muerte del aire, el aire por la del fuego, el agua vive por la muerte de la tierra y la tierra por la del agua, “El oscuro” decía que los opuestos no pueden estar en armonía, sino que, más bien es una consonancia entre opuestos, como la tensión de un arco.
 De la aparente contradicción entre opuestos él proponía el fluir, como el mundo, del cual decía, es un fuego inmortal encendido, por esto, si se supiera que Heráclito creía en un arjé (que es una palabra del griego antiguo que se traduce como principio o materia primordial única de la cual procede el mundo) como lo creían los Jonios, para él sería el fuego.
Partiendo de esto se podría decir que sus principios centrales son pues, “Todo nace de la lucha y Todo está en constante flujo”, es decir, todas las cosas se hacen por contrariedad y todas fluyen a manera de ríos, ya que, el universo es infinito, pues el conflicto hace que las cosas estén en constante cambio.
 De ahí dos de sus más conocidas frases como: “Todo fluye, nada permanece” y “Nadie se puede bañas dos veces en el mismo rio”.  Para Heráclito pues, el movimiento y el cambio eran las únicas realidades, con esto nada puede ser eterno más que él incesante fluir.
Se dice que crítico directamente a los pitagóricos y fue aludido por Parmenides. El blanco de sus críticas sobre Pitágoras y otros pensadores fueron las investigaciones a que se consagraron acerca de la naturaleza exterior, la importancia que daban a los hechos, además de rechazar la idea pitagórica del mundo pacifico y armonioso, pues él dista mucho de la idea pacifica del mundo
 Mientras que Parmenides, era exactamente lo contrario de Heráclito, pues para este, el movimiento era imposible y el todo de la realidad consistía en una sustancia simple, inmóvil e inmutable, aún así, se sabe que Parmenides aludió al filósofo de Éfeso.
De manera muy general esto sería el pensamiento de dicho filósofo, y con esto cumpliría el objetivo de la presente charla, que es lograr una acercamiento hacia el mismo, referencias sobre él las podemos encontrar en el ya citado Diógenes Laercio y su obra “Vidas de los filósofos más ilustres” así como en el conocido libro “los filósofos griegos” del filólogo escocés William Keith Chambers Guthrie o en volumen del autor Rodolfo Mondolfo que lleva por nombre “Heráclito: textos y problemas de su interpretación”  

Sólo me resta agradecer por el espacio y reiterar mi invitación a darnos el tiempo de acrecentar nuestra cultura general y consultar e investigar pensadores que si bien pueden ser antiguos aún tiene que ofrecer y por tanto todavía hay que aprender de ellos, gracias. 

Cápsula leída en Parnaso Noticiario Radio Zacatecas.
Colaboración de la Asociación Zacatecana de Estudios Clásicos y Medievales A. C.

Twitter: @ValerioMirand

lunes, 2 de febrero de 2015

Poesía e hijos.


Por: Rebeca Mejía López

Es común que, en la mayoría de los casos, los padres se preocupen por el futuro de sus hijos. Hay quienes lo manifiestan insistiendo en que elijan carreras útiles que les permitan una seguridad económica a futuro, por ello todas las ciencias duras y carreras clásicas como derecho, administración, medicina, ingeniería, contabilidad, etc., son las más recurrentes a la hora de aconsejar a los hijos por no decir persuadir.
En El Quijote se nos narra algo similar cuando éste se encuentra con Diego de Miranda, en el capítulo XVI de la segunda parte. Don Quijote, al entablar plática con el caballero, le pregunta qué cuantos hijos tiene, porque ya los filósofos de la naturaleza, que no conocían la verdad de Dios, decían que los bienes afortunados eran tener muchos amigos e hijos. A lo que el caballero Miranda responde que sólo uno, pero que no se siente tan afortunado pues su único hijo no es tan bueno como él quisiera, por estar embebido con la ciencia de la poesía, si es que se le puede llamar así.
Según Diego de Miranda, su hijo Leonardo estudió las lenguas latina y griega, todo el día se la pasa leyendo versos homéricos y sus conversaciones son con Horacio, Persio, Juvenal y Tibulo, sus poetas preferidos. Miranda, deja ver su decepción al no haberle sido posible arrastrar a su hijo a la ciencia de las leyes o a la teología.
Sin embargo, Don Quijote replica diciendo: “Los hijos, señor, son pedazos de entrañas de sus padres, y así, han de querer, en buenos o malos momentos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida”. Así, al buen juicio de Don Quijote, lo mejor es que Miranda deje seguir a su hijo por el camino de la poesía.
La poesía, explica Don Quijote, “es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias”, refiriéndose a todos los otros saberes, conocimientos y experiencias.
El verdadero poeta, para Don Quijote, es aquél que nace. El poeta natural es mucho mejor que el poeta que sólo por saber el arte quiere serlo ya que el arte no se aventaja a la naturaleza sino que la perfecciona. Así, la conclusión del Quijote es que Diego de Miranda deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama y preocuparse sólo en guiarle por el camino de la virtud y las buenas costumbres, ya que “la pluma es la lengua del alma”.
Con estos razonamientos queda admirado Diego de Miranda, quien primero tenía por loco y mentecato a Don Quijote y, sin embargo, su opinión es perfectamente lógica y sensible.

Le invito, estimado lector, a reflexionar en qué sería del mundo si cada quien camináramos por donde nuestra estrella nos llama sin importar lo difícil de los tiempos ni la “utilidad” del camino elegido.

Twitter: @RbkMej
Artículo publicado en: La Gualdra, suplemento cultural.
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-183