miércoles, 20 de mayo de 2015

Consejos para gobernar según Don Quijote. Parte I

Por: Rebeca Mejía López

A lo largo de la obra de Cervantes, es constante la insistencia que tiene don Quijote hacia Sancho Panza en decirle las ventajas que tiene ser el escudero de un gran caballero andante. Entre esas utilidades le mencionaba la posibilidad de ser el gobernante de una gran ínsula, si llegasen a conquistar alguna.
Nunca imaginé, sin embargo, que esto podría cumplirse para Sancho. Así sucede en la segunda parte de la obra y, en el capítulo XLII el autor describe los consejos que le dio don Quijote a Sancho Panza antes de que fuese a gobernar la ínsula, además de otras consideraciones.
En la primera edición, cada uno de los consejos que siguen se dispone en un párrafo independiente, con el tratamiento tipográfico singular reservado a los géneros de escritura como cartas y poemas, con entidad propia al margen del relato. Era una disposición adoptada con frecuencia en las colecciones de máximas para la formación de las clases dirigentes tanto en cuestiones de gobierno como en reglas de conducta y urbanidad.
Los primeros consejos que da don Quijote a Sancho se concentran en las virtudes que debe poseer el gobernante: “Mira, Sancho: si tomas por medio a la virtud y te precias de hacer hechos virtuosos, no hay para qué tener envidia los que padres y abuelos tienen príncipes y señores, porque la sangre se hereda y la virtud se aquista,* y la virtud vale por sí sola lo que la sangre no vale”.
El primer consejo que otorga a Sancho es temer a Dios, ya que en el temer se encuentra la sabiduría. Lo segundo, “has de poner los ojos en quien eres, procurando conocerte a ti mismo”. El conocimiento de uno mismo permite no querer imitar a los demás y actuar con honradez.
Don Quijote recomienda además a Sancho recibir siempre a su familia con los brazos abiertos, llevar consigo a su mujer; porque no es bien visto un gobernante sin esposa, en caso de enviudar; no tomarlo como un infortunio, no guiarse por la ley de encaje; que la mujer de Sancho no reciba beneficios fuera de lugar, no cargar todo el peso de la ley a un delincuente; porque más vale un juez compasivo que riguroso.
Le exhorta también a que no le ciegue la pasión. Ser objetivo, así una mujer hermosa llena de lágrimas y suspiros le pida justicia. Por último, le dice que al culpable que someta a castigo no lo trate mal con palabras pues será suficiente sufrimiento su condena.
En resolución, don Quijote termina diciendo que si Sancho sigue los preceptos y reglas “serán luengos tus días, tu fama será eterna, tus premios colmados, tu felicidad indecible… pues lo dicho hasta aquí son documentos** que han de adornar tu alma…”
Me pregunto, estimado lector, nuestros políticos actuales ¿con qué consejos adornan su alma?



*Se adquiere
**Consejos

Comentarios y sugerencias:

Twitter: @RbkMej

Columna publicada en el suplemento cultural La Gualdra No. 198: 
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_198

viernes, 15 de mayo de 2015

Recordando las lecciones de Avelina Lésper sobre el arte.

Por: Rebeca Mejía López
La exposición temporal a cargo de la XI Bienal Monterrey FEMSA, "65 Visiones del Arte Contemporáneo", que se encuentra en las salas de exposiciones temporales del Antiguo Colegio de San Ildefonso me hizo recordar la conferencia "Esto no es arte" impartida en la ciudad de Zacatecas en noviembre del año pasado, por Avelina Lésper. 
El ver que una de las piezas de arte principales en la exposición es un ropero con polvo acumulado de hace cuarenta años, no tuvo ningún impacto estético sobre mí. ¿De verdad un ropero con polvo es una pieza de arte? Ya, en serio, ¿cuando han transportado la dichosa pieza ni una pizca de polvo se le ha caído? Entre otras piezas se encontraban un rollo de papel  periódico con todos los clasificados de no sé que fecha a otra, tirada en el piso, puesta en forma de caracol y con la respectiva advertencia de "No tocar". ¿Eso es arte? 
La exposición consta de dos salas, y al terminar puedes deleitarte viendo el catálogo de la exposición, cómodamente en los balcones de tan bello recinto como lo es San Ildefonso. Francamente, no me gustó nada la exposición, y no porque la museografía sea mala, sino porque para mí, las piezas puestas en exposición no son arte. 
Al finalizar el recorrido por el museo, mi acompañante y yo contestamos unas encuestas sobre el museo, su personal, las exposiciones y lo que hace falta, en nuestra opinión, para mejorar el lugar. La señorita que aplicaba la encuesta, trabajadora del museo, se atrevió a decirnos que creía que era de las pocas, junto con algunos de sus compañeros de trabajo, que creía que muchas de las piezas expuestas en la exposición son, siendo franca, basura. "Entiendo que es el arte de los jóvenes, pero la verdad es que o no es arte, o no lo entiendo nada, pero ustedes son jóvenes y tampoco les gusta, así que creo que no estaba tan perdida en mis conjeturas".
Una de las defensas del arte contemporáneo al estilo "VIP", como lo define Avelina Lésper, es que si no te gusta, es porque no lo entiendes y, por tanto, tu opinión no es válida. El debate sobre lo que es arte y lo que no lo es sigue y seguirá abierto, así como yo detesté sobremanera esta exposición, que además, considero que es un desperdicio de espacio y presupuesto para verdaderos artistas contemporáneos, habrá quien la encuentre maravillosa. 
Por último, estimado lector, le reitero la invitación que hace Avelina Lésper, sea crítico. Sea crítico ante los discursos que nos bombardean hoy en día, sea el textual, oral, visual o plástico. Atrévase a pensar y a sentir el verdadero arte, incluyendo el contemporáneo, pero que no lo engañen ni lo hagan sentir estúpido. Usted es una persona con la capacidad de crear y también de sentir con lo creado, así que abra sus ojos al verdadero arte y cuestione lo que otros dicen que es o no arte. Defina usted mismo, aquello que en verdad marca una trascendencia estética en su persona, más allá de la justificación de la técnica, materiales utilizados o discursos añadidos a las piezas.
Twitter:
@RbkMej