martes, 2 de junio de 2015

El cuatro en El Quijote

Por:
Rebeca Mejía López
David Alberto Valerio Miranda

Pare este número tan especial, decidimos escribir del mismo modo en el que leímos El Quijote, juntos y en voz alta. Nos dio curiosidad revisar los capítulos IV de la primera y segunda parte de la obra. Además de investigar si había alguna mención significativa del número cuatro.
En el capítulo IV de la primera parte, Don Quijote sale a la aventura solo, hecho que no se repetirá durante la historia, además, es la primera vez que se menciona a su musa Dulcinea.
En el capítulo IV de la segunda parte, Don Quijote y Sancho Panza se enteran de que las historias de sus aventuras han llegado a los rincones más inhóspitos, incluso se rumora que la primera parte de sus aventuras ya está circulando de manera escrita, y que el autor necesita más material para seguir escribiendo, por lo que deciden salir nuevamente. Cervantes presenta aquí un elemento metatextual en el que los personajes concientizan su importancia dentro de la obra y, al mismo tiempo, permiten que el autor arranque de nueva cuenta la historia.
Antiguamente, el “cuatro” se asoció con lo tangible y lo cíclico, como las estaciones del año o los cuatro elementos, pero también simbolizaba las edades del hombre, la niñez, la juventud, la madurez y la vejez. El título original del Quijote “Los cuatro libros del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, aludía precisamente a esta concepción. La vida de don Quijote se da en cuatro partidas; tres como caballero y la última, con su muerte. Asimismo, las aventuras ocurren en cuatro lugares distintos, en el camino, en la sierra, en la majada y en la venta.
Felicitamos a La Gualdra en su 4° aniversario y agradecemos ser parte del no. 200.

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@ValerioMirand

Columna publicada en el no. 200 de La Gualdra, suplemento cultural de La Jornada Zacatecas:
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_200?e=1493577%2F13236360