Por:
Rebeca
Mejía López
David
Alberto Valerio Miranda
Pare
este número tan especial, decidimos escribir del mismo modo en el que leímos El Quijote, juntos y en voz alta. Nos
dio curiosidad revisar los capítulos IV de la primera y segunda parte de la
obra. Además de investigar si había alguna mención significativa del número
cuatro.
En el
capítulo IV de la primera parte, Don Quijote sale a la aventura solo, hecho que
no se repetirá durante la historia, además, es la primera vez que se menciona a
su musa Dulcinea.
En el capítulo
IV de la segunda parte, Don Quijote y Sancho Panza se enteran de que las
historias de sus aventuras han llegado a los rincones más inhóspitos, incluso
se rumora que la primera parte de sus aventuras ya está circulando de manera
escrita, y que el autor necesita más material para seguir escribiendo, por lo
que deciden salir nuevamente. Cervantes presenta aquí un elemento metatextual
en el que los personajes concientizan su importancia dentro de la obra y, al mismo
tiempo, permiten que el autor arranque de nueva cuenta la historia.
Antiguamente,
el “cuatro” se asoció con lo tangible y lo cíclico, como las estaciones del año
o los cuatro elementos, pero también simbolizaba las edades del hombre, la
niñez, la juventud, la madurez y la vejez. El título original del Quijote “Los
cuatro libros del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, aludía
precisamente a esta concepción. La vida de don Quijote se da en cuatro
partidas; tres como caballero y la última, con su muerte. Asimismo, las
aventuras ocurren en cuatro lugares distintos, en el camino, en la sierra, en
la majada y en la venta.
Felicitamos
a La Gualdra en su 4° aniversario y agradecemos ser parte del no. 200.
Comentarios
y sugerencias:
Twitter:
@RbkMej
@ValerioMirand
Columna publicada en el no. 200 de La Gualdra, suplemento cultural de La Jornada Zacatecas:
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra_200?e=1493577%2F13236360