lunes, 7 de abril de 2014

La casa de los espíritus

Barrabás llegó a la familia, por vía marítima, 
anotó la niña Clara con su delicada caligrafía. 
Ya entonces tenía el hábito de escribir
 las cosas importantes y más tarde, 
cuando se quedó muda, 
escribía también las trivialidades, 
sin sospechar que cincuenta años después, 
sus cuadernos me servirían para rescatar
 la memoria del pasado y para sobrevivir a mi propio espanto.


La casa de los espíritus llegó a mis manos gracias a mi hermana, lectora voraz y práctica; que no sacraliza los libros y que no se siente mal de admitir que uno le pareció aburrido, aunque lo retome después. Me insistió mucho con un libro de Isabel Allende, de la cual yo no tenía ni la más remota idea, sólo recordaba haber visto varios de sus libros en Sanborns. Cuando finalmente me decidí, nunca creí que lo terminaría en menos de una semana.
Las descripciones de lugares y personas,  dotadas del llamado "realismo mágico"  -característica que encuentro en más de una de mis novelas favoritas-, una narración con pocos diálogos, experiencias sobrenaturales, amores, traiciones, venganzas, pero sobretodo, historia. Allende brinda una narración extraordinaria que nos ubicaba, sin necesidad de datos precisos, en Chile durante el siglo XX. 
La maestría conque la autora envuelve la historia de la familia de los Trueba, llena de costumbres y características excepcionales y hasta inexplicables, con el desarrollo político de Chile fue una grata sorpresa. Personajes como el Poeta o el Presidente, que nos remiten a un Neruda o a Salvador Allende, desfilan en el entramado de las muchas generaciones que componen a ésta familia. Al mismo tiempo, la autora nos remite a paisajes, comidas, fantasmas y hasta un terremoto que lo cambió todo en Las Tres Marías. Esto y mucho más me recordó aquél gusto por la historia que, en ocasiones, la inercia académica provoca que olvide. 
Luego de terminar la novela, me obsesioné con Isabel Allende, me sorprendió encontrarme con que la novela fue publicada en 1982. La traducción a varios idiomas y una película protagonizada por Meryl Streep, adaptación que deja mucho que desear, son algunos de los éxitos de ésta novela. 
El llamado realismo mágico lo podemos encontrar en muchísimos autores, algunos de ellos también nos remiten a una narración histórica,  como Rulfo, Garro o Márquez, lo cual confirma lo dicho por un amigo, no todo se debe explicar de manera racional. Allende logra ésto y mucho más en el transcurso de una historia familiar, que se ve sacudida varias veces. 

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