viernes, 6 de diciembre de 2013

Sócrates en el siglo XXI

Por: David Valerio Miranda

En tiempos en que la educación es sinónimo de ambigüedad y es devorada por diferentes intereses reflejados en problemas como: reformas, privatización, corrupción .etc. Muestra todo un controversial contexto social donde la formación de los individuos en vez de ser un derecho se convierte en negocio, es cuando pasa a ser un simple medio que planifica una mejor productividad que atienda los estándares del capitalismo. Parece que la educación se separa de su objetivo, por ello es necesario reflexionar sobre los nuevos referentes a los que se ha conducido a ésta.
El caso de la filosofía es particularmente extraño, al ser un ejercicio humano, que podría considerarse milenario, motor del avance y desarrollo histórico de los individuos, es olvidado o tergiversado hacia otros fines. En  ciertos casos hasta se ha propuesto su desaparición de los planes de estudio (como en México hace algunos ayeres).
Pero, ¿cuál será el problema hacia el descuido y deterioro de la filosofía en México?, cuestión que excita mi curiosidad al observar la filosofía como ejercicio humano asequible a cualquier persona que experimenta la reflexión, o cómo la curiosidad del niño por descubrir el mundo, curiosidad que aún perdura en algunos que ya somos mayores, entonces ¿cómo es que hoy en día no se considera una disciplina importante?
Si la reflexión filosófica esta al alcance de cualquier agente, ¿en qué momento sucede el distanciamiento o desinterés por dicho ejercicio?, se pudiera decir que la gente hace reflexión filosófica sin darse cuenta, pero ya en el rigor académico es donde se deja ver la indiferencia hacia las humanidades en general, tal es el caso de la filosofía.
Normalmente las personas tienen sus primeros contactos con la filosofía académica, directa o indirectamente en la secundaria y bachillerato, lapsos en los que considero puede estar el problema, está suposición me lleva a preguntarme ¿cuáles serán los factores que permiten una nula relación entre la filosofía y los jóvenes?
Hipotéticamente me respondo que, quizás el método de acercar a las personas a la filosofía no es el adecuado, problema principal del presente ensayo, ¿cómo acercar e interesar a las personas por la filosofía? ¿Cómo mitigar la arrogancia y los programas diseñados con deficiencias en la enseñanza? Y por ello ¿cómo enseñarnos a pensar?
Para intentar reflexionar en torno a las preguntas anteriores, echaré mano de la filosofía clásica, pues considero que una retrospección a su estudio en cuanto al método de enseñanza puede ser una alternativa, en particular el método pedagógico de Sócrates que gracias a Platón ha llegado hasta nuestros días.
Por si se objeta que la pedagogía socrática es anticuada y no se ajusta a las circunstancias actuales (crítica que me resultaría un tanto errónea) analizaré también las propuestas del pedagogo y pensador Paulo Freire, quien al ser del siglo XX puede brindar una opinión más cercana a nuestro contexto y no ser muy lejana a la del filosofo ateniense de hace ya más de dos mil años.
En lo que sigue expongo brevemente el método pedagógico filosófico de Sócrates, así como el de Paulo Freire, para que, a partir de estos concluir una posible alternativa que ayude en el problema de enseñarnos a pensar.
I.- La Mayéutica: Pedagógica Socrática
El contrastar la antigua Grecia con un contexto mexicano actual puede ser descabellado para algunos, sin embargo, utilizaré el anacronismo con el fin de identificar las herramientas pedagógico-filosóficas de Sócrates, que aún pueden darnos mucho de qué hablar.
Sócrates se distingue por ser el maestro comprometido con la búsqueda de la virtud, la enseñanza y el exhortar a los otros a buscar la verdad, es decir, el conocimiento, su sabiduría le daba la templanza de reconocer que aún ignoraba mucho, por lo que no oponía barrera en dialogar, aprender y enseñar con cualquier persona; Pudiera decirse que, en Sócrates no había esa arrogancia del maestro sabio y un alumno ignorante al que hay que enseñar[1].  
Según el testimonio de Platón y el gran historiador de la Filosofía Diógenes Laercío[2] el interés por aprender filosofía se reflejaba en jóvenes y viejos que acudían al diálogo y enseñanza de Sócrates, tanto así que su popularidad lo hizo ver peligroso y por ello enjuiciado y condenado.
Pero, ¿cómo operaba Sócrates para hacer de la filosofía una disciplina tan atractiva?, ¿Qué necesitamos para que la filosofía se vuelva a valorar hoy en día y por tanto surja más interés? Reitero la cuestión de mi justificación en cuanto al anacronismo, pues se puede criticar que la cultura de la antigua sociedad Griega y la mexicana actual no es la misma para que se valore con interés a la filosofía.
Más considero que lo útil es el método de enseñanza, el método Socrático, en el cuál “El papel del educador reside en promover en el educando este proceso de la interiorización, gracias al cual llega a sentir la presencia de las ideas.”[3]
Entendamos el proceso de interiorización, cómo en el que el agente, intenta desde si mismo comprender y aprehender más, es decir la disposición que será producto de la exhortación del educador, no con la imposición a que descubra el mundo, sino como propuesta para que se admire y crezca su curiosidad, en cuanto llegar a las ideas, lo podemos interpretar como obtener conocimiento por medio del proceso de incitación a la capacidad de admiración, curiosidad y reflexión.  
Lo interesante en la cita anterior, es que hace una lectura de Sócrates cómo el educador que promueve, no que impone, ¿sería una estrategia para incitar al conocimiento? Que es hacer filosofía. Si los primeros contactos del agente común con la filosofía en secundaria o bachillerato, fueron aburridos o no fecundaron interés en los alumnos, es posible que se deba al patrón en el que, el educador no emitió una buena comunicación.
Considero que para estudiar filosofía hay que mostrar eficiente comunicación, claridad y coherencia para quitar prejuicios de complejidad y extravagancia, si el educador pone la barrera de la arrogancia y la educación vertical, en la que vería al alumno por debajo no hay una eficiente comunicación y, por tanto, educación.
Sí el educador no disfruta de ayudar y aprender a pensar como acto educativo, es posible que tampoco sea una exitosa estrategia, porque la convicción para realizar tan comprometida labor como la educativa, debe ser agradable para el educador, de está amanera y desde una posición horizontal brindar confianza al alumno para que se abra al diálogo y germine en él la semilla de la búsqueda de la sabiduría.
Sócrates sería un ejemplo al no poner barreras entre alumno –maestro, pues según platón en el famoso diálogo El Teetetes  éste muestra su disposición y disfrute por la educación, al ponerse en posición de ayudar a dar a luz al conocimiento, de igual a igual: “Sócrates-Experimentas los dolores de parto mi querido teetetes, porque tu alma no está vacía, sino preñada. Teetetes-Yo no lo sé, Sócrates, y sólo puedo decir lo que en mi pasa. Sócrates-Pues bien, (…) ¿no has oído decir que soy hijo de Fenarete, partera muy hábil y de mucha nombradía? Teetetes- Sí, lo he oído. Sócrates- ¿Y no has oído también que yo ejerzo la misma profesión?”[4]  
En la cita anterior de Platón Sócrates se muestra accesible a darle confianza al alumno, pues le dice que experimente dolores de parto, es decir, que no tema a equivocarse, que es normal, así mismo le hace saber que él lo ayudar cómo una partera, y he aquí la mayéutica socrática, en una comunicación más directa donde por medio de preguntas y respuestas se estimulará al alumno a que él mismo descubra y obtenga conocimiento.
Una vez que el hombre quería aprehender y buscar la verdad, “Sócrates estaba dispuesto a acompañarlos hasta alcanzarla, y para él toda la filosofía se resumía en esa idea de la “búsqueda común”[5]
Acompañándolos y buscando el conocimiento en común, Sócrates propagaba la filosofía entre sus alumnos que, más que alumnos o discípulos había una comunicación como de amigos, en la cual no parecía haber un ambiente de competencias, Sócrates y su método poseían gran popularidad entre los jóvenes y ciudadanos en general.
Seguramente se puede hacer una investigación más profunda sobre el método de enseñanza en dicho filósofo, por el momento creo que con la breve reconstrucción anterior es necesario para contextualizar la idea principal de este ensayo. Enseguida realizo una  exposición de la pedagogía de Paulo Freire.
II.- La propuesta  pedagógica de Paulo Freire
En las siguientes líneas, expondré sólo algunas ideas tomadas del libro: Pedagogía del oprimido que considero pueden brindar un panorama en general de la propuesta pedagógica de Freire, el autor Brasileño consideraba que el método educativo en general era deficiente en América latina, esto en el siglo XX, realidad no muy lejana al presente siglo.
En México el sistema educativo es erróneo pues se siguen anticuados métodos, en donde: “El educador aparece como agente indiscutible, como sus sujeto real, cuya tarea indeclinable es “llenar” a los educados con los contenidos de su narración, contenidos que sólo son retazos de la realidad desvinculados de la totalidad en que se engendran”[6]    
Irónicamente la filosofía tampoco escapa a estos vicios seudo-educativos, en secundarias, bachilleratos y es posible que aún en la universidad. Si en los primeros contactos con la filosofía se da esta arrogancia de los educadores o hay mala comunicación puede ser una causa de decepción y por tanto nulo interés y hasta deserción en quienes intentaban ya profundizar.
En la educación filosófica actitudes pedantes y arrogantes de los profesores así como sistemas (por competencias) no adecuados para la disciplina hace una contradicción para lo que Freire diría: “La educación debe comenzar por la superación de la contradicción educador-educando. Debe fundarse en la conciliación de sus polos, de tal manera que ambos se hagan, simultáneamente, educadores y educados”[7]  
 La cita anterior puede ser una excelente síntesis de la propuesta pedagógica de Freire en su obra antes mencionada, que por cuestiones de formato no podre profundizar, a pesar la distancia temporal observo un acercamiento, a la pedagogía de Sócrates en cuanto a la estrecha relación maestro alumno. Ahora doy paso a la provisional conclusión.
III.- Para concluir
Después de analizar el método de Sócrates para invitar al estudio de la filosofía, así como la demanda de Freire hacia la deficiente pedagogía del siglo XX, es posible que el método pedagógico siga siendo el problema.
Pero no sólo los docentes y sus métodos pueden ser los culpables de todo, también los programas que no son adecuados para algunas disciplinas, por ejemplo el sistema por competencias y la confusión que existe entre competencia y eficiencia, cuestión que por el momento no abordaré.
El sistema educativo por competencias impulsado por políticas capitalistas que, en el fondo promueve una mayor productividad económica, no es adecuado para las humanidades ni para enseñanza de la filosofía, pues la filosofía debe alimentar la virtud, y el conocimiento cuando dicho sistema provoca discordias y desunión entre colegas y compañeros, consecuencia de criterios que a veces pueden ser injustos e inexactos. Si la filosofía la seguimos presentado como aquella materia aburrida[8] de locos, extravagante donde la barrera de la arrogancia y verticalidad del maestro son sus características, dífilamente la defendernos. Considero que para defender y enseñar la filosofía debemos aprender a hacerla atractiva, cercana a cualquier persona y a la realidad, y así cuando rescatemos el valor e interés por la filosofía podremos proponer hasta estimular a los niños a su estudio de acuerdo a sus capacidades. Requerimos humildad intelectual para bajar a la filosofía a la tierra, a la gente común y así juntos enseñarnos a pensar. 
Bibliografía 
Freire Paulo, Pedagogía del oprimido, siglo XXI editores, México 2002
Laercio Diógenes, Vidas de los Filósofos Más Ilustres, Vidas de Los Sofistas, (Traducciones y prólogos por: José Ortiz y Sanz y José M. Riaño), Porrúa, México 2003
Platón, Diálogos, Porrúa, México 2012. 
W.K.C. Guthrie, Los filósofos Griegos, Breviarios FCE, Traducción: Florentino M. Torner, México 1970.



[1] Confrontar: Apología de Sócrates en Platón, Diálogos, Porrúa, México 2012.
[2] Confrontar: Sócrates, en Laercio Diógenes, Vidas de los Filósofos Más Ilustres, Vidas de Los Sofistas, (Traducciones y prólogos por: José Ortiz y Sanz y José M. Riaño), Porrúa, México 2003, pp. 49-59.
[3] Larroyo Francisco en Estudio Preliminar a Platón Diálogos, Porrúa, México 2012. pp. XXV.
[4]Platón, Teetetes o de la Ciencia en Diálogos, Porrúa, México 2012. Pp.422.
[5] W.K.C. Guthrie, Los filósofos Griegos, Breviarios FCE, Traducción: Florentino M. Torner, México 1970. pp 78.
[6] Freire Paulo, Pedagogía del oprimido, siglo XXI editores, México 2002, pp. 77.
[7] Ibidem., pp. 79.
[8] Aquí sería necesario mencionar que en México un vicio muy recurrente es que, quien da la cátedra de filosofía en los bachilleratos y diferentes instituciones, la imparte una persona de cualquier profesión menos especialistas de la filosofía por lo que, la comunicación puede ser deficiente o aburrida al no trasmitirse adecuadamente por un especialista, sin afán de discriminar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario