“Orden
y Progreso”, lema porfirista que estuvo implicado en todos los ámbitos de la
sociedad mexicana a inicios del siglo XX. Según el discurso ideológico, sería
el pueblo quien gozaría de los beneficios de la modernidad. “Pero esa
modernidad implicaba también empezar a limpiar las calles de prostitutas y
dementes (“populachos, léperos y pelados”), para que esos espacios fuesen
ocupados por la sociedad más sana.”[1]
Para
esta sociedad se hicieron los encargos de construir instituciones modelos para
controlar las enfermedades venéreas, como el Hospital Morelos, o las de la
locura, en el Manicomio de La Castañeda, el cual Porfirio Díaz inauguró en
1910, en marco de los festejos del centenario de la Independencia, en una
ex-hacienda de Mixcoac. Este manicomio es el espacio que Cristina Rivera Garza
recrea en dos obras: “Nadie me verá llorar” y “La Castañeda: Narrativas
dolientes desde el Manicomio General, México, 1910-1930”.
Cristina
Rivera Garza (1964) es una historiadora y escritora mexicana de cuento, ensayo,
poesía y novela, originaria de Matamoros Tamaulipas. Se graduó en la UNAM en
Sociología y es doctora en Historia Latinoamericana por la Universidad de
Houston. Actualmente es profesora asociada de Historia Mexicana en San Diego
State University.
En
1997 publicó su novela “Nadie me verá llorar”, en editorial TusQuets. “Nadie me
verá llorar” nos cuenta la historia de Joaquín Buitrago, ex fotógrafo de
meretrices y retratista del manicomio “La Castañeda” en 1920, quien cree
identificar en la interna Matilda Burgos a una prostituta que años antes
conociera en “La Modernidad”, burdel de la Ciudad de México.
Joaquín
atraído por conocer la historia y la verdadera identidad de Matilda emprenderá
una búsqueda entre los expedientes clínicos del manicomio. Cuando finalmente lo
tiene en sus manos se percata de que Matilda tiene orígenes campesinos y de
provincia, adoptada por un tío médico que radicaba en México. Matilda cuando
conoce a un joven revolucionario, opuesto a la formación y conducta de Matilda
perteneciente a una clase privilegiada, cambiará de visión y abandonará la vida
de aprendizaje y lujos que tenía.
Esta
novela, en palabras de la autora, es “la hermana siamesa de La Castañeda”.[2]
Algo así como dos caras de la misma moneda, “Nadie me verá llorar” es un
retrato íntimo, la visión desde una interna del Manicomio y su historia
personal combinado con la descripción del contexto histórico, la ciudad de
México y la paradoja “La Modernidad” un burdel y al mismo tiempo un ideal
porfiriano.
El
manicomio “La Castañeda, el manicomio más grande de México en el siglo XX,
inaugurado en 1910 y demolido en 1968 “era una institución estatal que tenía
por obligación recibir a pacientes mexicanos y extranjeros, que llegaban ahí ya
fuera por su voluntad o porque eran llevados por sus parientes o por policías
que los levantaban por medio de redadas, una de las prácticas usuales del
gobierno de Porfirio Díaz.”[3]
Según
Cristina Rivera Garza, “la creación del primer centro de sanación mental –o
manicomio- en México, despertó una paradoja. Por una parte, se creó una gran
leyenda negra de abusos y falta de higiene en torno a La Castañeda, sin
embargo, se generó una especie de confianza en la ciudadanía que miles de
familias entregaron a este centro a sus familiares, con la esperanza de la
curación.”[4]
Con
el Manicomio “La Castañeda”, el cual fue hecho con el propósito de desarrollar
los adelantos más significativos en el terreno de la psiquiatría y de la
clasificación criminal de entonces. Según la autora, “Al contar con cada
paciente su historia están presentando sus vidas como pruebas del fracaso de la
modernidad. No lo que hagan de una manera principista o ideológica pero son
historias que demuestran, en carne viva, las grandes limitaciones del proyecto
modernizador del Porfiriato y de la etapa revolucionaria temprana”.[5]
Con
lo anterior podríamos suponer la tesis principal de la autora su visión y la
crítica a esta etapa histórica que comprueba a partir de su investigación
doctoral y, posteriormente da nuevos giros y perspectivas al lector en sus novelas
“Nadie me verá llorar” y “La Castañeda...”.
Ambas
novelas están basadas en los expedientes clínicos, documentos oficiales,
diarios y cartas de asilados del Manicomio General, más conocido como La
Castañeda, que se encuentra en el Archivo Histórico de la Secretaría de Salud y
Asistencia en la Ciudad de México. La autora aclara que “la historia de Modesta
Burgos, cuyo nombre y fotografía son reales, es una reconstrucción libre de la
imaginación.”[6]
Los
datos históricos sobre el mundo de las calles, el manicomio y otras
instituciones del control social en el México porfiriano y en los albores de la
Revolución Mexicana están basados en su tesis doctoral: The Masters of the streets. Bodies, Power and Modernity in México,
1876-1930 (Ph. D. dissertation, Universitty of Houston, 1995).
Por otra parte, Cristina Rivera Garza nos hace un llamado a todos los historiadores sin quererlo. La obra literaria de Cristina es amplia y, en realidad, no tiene que recurrir a la historia para nutrir sus novelas. Pero, hizo una excepción, el discurso académico no la satisfizo del todo. Así pues, la historiadora buscó "las dos caras de la misma moneda" explorar distintos discursos que le permitieron no estar en deuda con su investigación y jugar con el mismo escenario dos veces.
[1] Jorge Ruffinelli, “Ni a tonas ni a locas: Notas sobre Cristina Rivera
Garza y su nuevo modo de narrar”, en Cien
Años de Lealtad, Standford University. Consultado en: http://www.stanford.edu/dept/span-port/cgi-bin/files/Ni%20a%20tontas%20ni%20a%20locas%20por%20Jorge%20Ruffinelli.pdf.
[2] Pablo Duarte, “La Castañeda / Narrativas dolientes desde el Manicomio
General / México, 1910-1930, de Cristina Rivera Garza,” en Letras Libres, No. 143, Edición México, noviembre, 2010. Consultado
en: http://www.letraslibres.com/revista/libros/la-castaneda-narrativas-dolientes-desde-el-manicomio-general-mexico-1910-1930-de-cris.
[3] Puebla, Redacción, “Presenta Cristina Rivera Garza La Castañeda:
narrativas dolientes”, artículo en Milenio,
03/09/2010. Consultado en: http://www.milenio.com/cdb/doc/impreso/8825966.
[4] Gustavo Mendoza Lemus, “La Castañeda, destino de los más pobres”, en Milenio, sección Cultura, septiembre de
2010. Consultado en: http://www.milenio.com/cdb/doc/noticias2011/a171a1241e5a048787f20d8c8e81e947.
[5] Ibidem.
[6] Cristina Rivera Garza, Nadie me
verá llorar, México, TusQuets Editores, 1999, p. 207.
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