jueves, 16 de julio de 2015

Trabajo físico y trabajo intelectual, complementos desde el pensamiento de Cervantes

Por: David Alberto Valerio Miranda

En el contexto actual hay una clara separación entre el trabajo intelectual y el físico, de hecho lo más en boga para encontrar un desarrollo individual de los seres humanos se encamina hacia buscar realizarse en un trabajo más intelectual, evitando todo tipo de desgaste físico, esa inclinación hacia el trabajo intelectual es posible que sea ya añeja en la historia de la humanidad.
En la cultura occidental, en la cual desde sus raíces en la antigua civilización helena se puede encontrar un cierto antecedente hacia esta inclinación, esto si consideramos que en la cultura griega, el trabajo manual o físico era denigrante, por lo que las actividades contemplativas abstractas eran las ideales para desarrollar individuos virtuosos, actividades que eran designadas a la pequeña élite de los ciudadanos griegos, mostrando con esto un claro rechazo a la trabajo físico-manual.
Así, dando un gran salto en la historia de la humanidad, nos situamos hasta finales de la Edad Media, donde con el Renacimiento y el nacimiento de la Modernidad, el trabajo físico y manual se comienza a revalorizar, de ahí los avances en la ciencia derivados del trabajo experimental, o el desarrollo artístico que se vinculo directamente con el uso del cuerpo como herramienta, quizá el trabajo manual se revalorizó, pero no todo sino también sólo el de sectores pequeños como lo es el artístico y el científico, prueba de este arquetipo puede encontrase en el pensamiento de Cervantes, plasmado en su obra máxima, El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha.
Esta noción está clara en las palabras de Don quijote, específicamente en el capítulo XVIII de la primera parte, en uno de los diálogos entre Sancho Panza y su señor, el escudero refiere a que Don Quijote sería más bueno para los discursos que para la caballería andante, a lo cual el famoso personaje responde que los caballeros deben realizar ambas labores, así lo dice: “Nunca la lanza embotó la pluma, ni la pluma la lanza” afirmando con esto que en el ideal de la caballería abarca tanto trabajos físicos como intelectuales, pero, ¿qué hay detrás de esta afirmación? Podría decirse que Cervantes intenta mostrar mediante el dialogo de sus personajes un poco de su pensamiento, en el cual cabe quizá la idea de que tanto el trabajo intelectual como el físico, no es más el uno que el otro, ni uno más denígrate conforme al otro, sino más bien complementarios para un pleno desarrollo humano. Trayendo esto al presente esta cuestión cabría reflexionar si en la actualidad ¿existe tal división y diferencia hacia el trabajo? ¿Seguimos denigrando el trabajo físico y sobrevalorando el intelectual, sin encontrar un equilibrio aún? En fin, esto sólo como una de tantas reflexiones que siguen vigentes y pueden encontrarse en la fascinante obra del clásico literato español.

Columna publicada en el suplemento cultural La Gualdra: 
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-206
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Twitter: @Valeriomirand


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