lunes, 2 de febrero de 2015

Poesía e hijos.


Por: Rebeca Mejía López

Es común que, en la mayoría de los casos, los padres se preocupen por el futuro de sus hijos. Hay quienes lo manifiestan insistiendo en que elijan carreras útiles que les permitan una seguridad económica a futuro, por ello todas las ciencias duras y carreras clásicas como derecho, administración, medicina, ingeniería, contabilidad, etc., son las más recurrentes a la hora de aconsejar a los hijos por no decir persuadir.
En El Quijote se nos narra algo similar cuando éste se encuentra con Diego de Miranda, en el capítulo XVI de la segunda parte. Don Quijote, al entablar plática con el caballero, le pregunta qué cuantos hijos tiene, porque ya los filósofos de la naturaleza, que no conocían la verdad de Dios, decían que los bienes afortunados eran tener muchos amigos e hijos. A lo que el caballero Miranda responde que sólo uno, pero que no se siente tan afortunado pues su único hijo no es tan bueno como él quisiera, por estar embebido con la ciencia de la poesía, si es que se le puede llamar así.
Según Diego de Miranda, su hijo Leonardo estudió las lenguas latina y griega, todo el día se la pasa leyendo versos homéricos y sus conversaciones son con Horacio, Persio, Juvenal y Tibulo, sus poetas preferidos. Miranda, deja ver su decepción al no haberle sido posible arrastrar a su hijo a la ciencia de las leyes o a la teología.
Sin embargo, Don Quijote replica diciendo: “Los hijos, señor, son pedazos de entrañas de sus padres, y así, han de querer, en buenos o malos momentos que sean, como se quieren las almas que nos dan vida”. Así, al buen juicio de Don Quijote, lo mejor es que Miranda deje seguir a su hijo por el camino de la poesía.
La poesía, explica Don Quijote, “es como una doncella tierna y de poca edad y en todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias”, refiriéndose a todos los otros saberes, conocimientos y experiencias.
El verdadero poeta, para Don Quijote, es aquél que nace. El poeta natural es mucho mejor que el poeta que sólo por saber el arte quiere serlo ya que el arte no se aventaja a la naturaleza sino que la perfecciona. Así, la conclusión del Quijote es que Diego de Miranda deje caminar a su hijo por donde su estrella le llama y preocuparse sólo en guiarle por el camino de la virtud y las buenas costumbres, ya que “la pluma es la lengua del alma”.
Con estos razonamientos queda admirado Diego de Miranda, quien primero tenía por loco y mentecato a Don Quijote y, sin embargo, su opinión es perfectamente lógica y sensible.

Le invito, estimado lector, a reflexionar en qué sería del mundo si cada quien camináramos por donde nuestra estrella nos llama sin importar lo difícil de los tiempos ni la “utilidad” del camino elegido.

Twitter: @RbkMej
Artículo publicado en: La Gualdra, suplemento cultural.
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-183

1 comentario:

  1. Gracias por pasarle a @Guashabita las menciones que hago de sus tuits en The Twitter's Digest. Imagino que se trata de las selecciones que aparecen en Nexos. Pero TTD lo envío regularmente tres veces por semana a un grupo de casi 500 amigos en todo el mundo, por email, en copia oculta. Si está interesada en recibirlo, como lo recibe @Guashabita desde hace años, escríbame nomás a r.bada.hansen@gmail.com
    Gracias, y a la orden.
    Ricardo Bada
    Colonia / Alemania

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