Por: Rebeca Mejía López
Es común
que, en la mayoría de los casos, los padres se preocupen por el futuro de sus
hijos. Hay quienes lo manifiestan insistiendo en que elijan carreras útiles que
les permitan una seguridad económica a futuro, por ello todas las ciencias
duras y carreras clásicas como derecho, administración, medicina, ingeniería,
contabilidad, etc., son las más recurrentes a la hora de aconsejar a los hijos
por no decir persuadir.
En El Quijote se nos narra algo similar
cuando éste se encuentra con Diego de Miranda, en el capítulo XVI de la segunda
parte. Don Quijote, al entablar plática con el caballero, le pregunta qué
cuantos hijos tiene, porque ya los filósofos de la naturaleza, que no conocían
la verdad de Dios, decían que los bienes afortunados eran tener muchos amigos e
hijos. A lo que el caballero Miranda responde que sólo uno, pero que no se
siente tan afortunado pues su único hijo no es tan bueno como él quisiera, por
estar embebido con la ciencia de la poesía, si es que se le puede llamar así.
Según
Diego de Miranda, su hijo Leonardo estudió las lenguas latina y griega, todo el
día se la pasa leyendo versos homéricos y sus conversaciones son con Horacio,
Persio, Juvenal y Tibulo, sus poetas preferidos. Miranda, deja ver su decepción
al no haberle sido posible arrastrar a su hijo a la ciencia de las leyes o a la
teología.
Sin
embargo, Don Quijote replica diciendo: “Los hijos, señor, son pedazos de
entrañas de sus padres, y así, han de querer, en buenos o malos momentos que
sean, como se quieren las almas que nos dan vida”. Así, al buen juicio de Don
Quijote, lo mejor es que Miranda deje seguir a su hijo por el camino de la
poesía.
La
poesía, explica Don Quijote, “es como una doncella tierna y de poca edad y en
todo extremo hermosa, a quien tienen cuidado de enriquecer, pulir y adornar
otras muchas doncellas, que son todas las otras ciencias”, refiriéndose a todos
los otros saberes, conocimientos y experiencias.
El
verdadero poeta, para Don Quijote, es aquél que nace. El poeta natural es mucho
mejor que el poeta que sólo por saber el arte quiere serlo ya que el arte no se
aventaja a la naturaleza sino que la perfecciona. Así, la conclusión del
Quijote es que Diego de Miranda deje caminar a su hijo por donde su estrella le
llama y preocuparse sólo en guiarle por el camino de la virtud y las buenas
costumbres, ya que “la pluma es la lengua del alma”.
Con
estos razonamientos queda admirado Diego de Miranda, quien primero tenía por
loco y mentecato a Don Quijote y, sin embargo, su opinión es perfectamente
lógica y sensible.
Le
invito, estimado lector, a reflexionar en qué sería del mundo si cada quien
camináramos por donde nuestra estrella nos llama sin importar lo difícil de los
tiempos ni la “utilidad” del camino elegido.
Twitter: @RbkMej
Artículo publicado en: La Gualdra, suplemento cultural.
Twitter: @RbkMej
Artículo publicado en: La Gualdra, suplemento cultural.
http://issuu.com/lajornadazacatecas.com.mx/docs/la_gualdra-183
Gracias por pasarle a @Guashabita las menciones que hago de sus tuits en The Twitter's Digest. Imagino que se trata de las selecciones que aparecen en Nexos. Pero TTD lo envío regularmente tres veces por semana a un grupo de casi 500 amigos en todo el mundo, por email, en copia oculta. Si está interesada en recibirlo, como lo recibe @Guashabita desde hace años, escríbame nomás a r.bada.hansen@gmail.com
ResponderEliminarGracias, y a la orden.
Ricardo Bada
Colonia / Alemania