lunes, 13 de abril de 2015

"Zonas húmedas" llega a cines.

Tuve la oportunidad de ver esta película en el ciclo de cine Alemán que se realizó en Cineteca Zacatecas. Recuerdo perfectamente la primera línea de la película: "Siempre creí que las hemorroides eran un problema de viejos arrugados..." dicho por un hermosa adolescente alta mientras va en patineta por las calles, descalza debo agregar, en busca de un baño público. Helen, interpretada por Carla Juri de manera excepcional, por fin encuentra uno, entra y se da paso por la mugre, los charcos llenos de mierda, basura y vómito y se sienta en una taza bastante sucia. Explica que, aunque su madre toda la vida le advirtió sobre sentarse en los baños públicos, ella ha comprobado que las infecciones y demás temores ante esta práctica no son más que mitos de mentes histéricas y obsesionadas con la limpieza. 
Al principio me causó bastante asco estas y otras declaraciones de Helen, además de sus prácticas antihigiénicas y sexuales fuera de lo común, como la masturbación con verduras. Sin embargo, conforme avanzó la película me di cuenta que toda la sala, incluida yo, habíamos pasado de las expresiones de asco a las carcajadas sinceras. Helen nos estaba cautivando con sus prácticas irreverentes y falta de higiene. 
La trama cobra tensión cuando Helen, al depilarse apresurada y salvajemente, rasga una de sus hemorroides. El ser hospitalizada será una situación que aprovechará para cumplir su anhelo más profundo: reunir a sus padres divorciados y, de paso, conquistar al guapo enfermero Robin. Conforme avanzó la película, me di cuenta de que no era la única que había pasado de la carcajada a la lágrima viva con la historia de Helen. 
Cuando terminó la película noté que me sentía bien y con otra perspectiva sobre la menstruación, las relaciones sexuales, la orina, la vagina, los olores, la maternidad y el hecho de ser mujer. Me sentí satisfecha con la película porque no fue de un humor simplón ni  tampoco un melodrama, sin una narración sincera que muestra otra perspectiva de los tabúes que persisten en nuestra sociedad con un toque irónico. Muestra las inquietudes y conductas de la juventud alemana actual que, curiosamente,  resulta no ser muy diferente de la mexicana.
Terminé obsesionada con la historia, descubrí que está basado en la obra homónima de Charlotte Roche, inglesa radicada en Alemania. Me animé a conseguir la novela y, el resultado no fue muy diferente de la película pues me atrapó desde el inicio hasta el final. De nuevo solté carcajadas y me sentí más cercana a Helen quien me mostró que la menstruación es lo más natural del mundo, que hay que disfrutar de nuestro olor natural sin necesidad de desodorantes, que la amistad sigue siendo el tesoro más preciado, que la sexualidad de la mujer deber ser respetada, que las relaciones madre e hijas son complicadas aquí y en Alemania y que ser mujer no es sinónimo de maternidad.
Otros temas que son abordados en la historia son la crítica a la religión, al racismo y a las empresas transnacionales de limpieza e higiene, especialmente las que tienen que ver con la mujer -toallas sanitarias, tampones, desodorante y perfumes-. Roche muestra que existe una juventud crítica, inconforme y dispuesta a mostrar resistencia. 
Recomiendo ampliamente la novela y, por supuesto, estoy feliz de que el cine alemán esté llegando a salas comerciales porque esto permite una mayor cobertura de público. "Zonas húmedas"  refresca los temas del cine y literatura alemán, en donde persisten la Segunda Guerra Mundial, la filosofía alemana y la etapa comunista, pero de eso hablaremos en otra ocasión.


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